En los últimos tres años, las principales características que peor describen a San Luis Potosí son el cinismo de los legisladores, la ineficiencia del gobernador, la opulencia, las ocurrencias, la inseguridad y la violencia.
El diputado Luis Fernando Gámez Macías, el mismo que defiende lo indefendible y cuya familia ha vivido bastante bien de los beneficios de administrar el agua, justificó que los legisladores puedan asistir de manera virtual a las comisiones, argumentando que las diputadas de distritos de la Huasteca deben viajar hasta siete horas para acudir a las reuniones.
Gámez Macías añadió que, para los legisladores de distritos ubicados en la zona metropolitana, como en su caso en Soledad de Graciano Sánchez, solo se les debería permitir conectarse vía Zoom en situaciones o momentos muy específicos.
Si un trabajador de una empresa es trasladado a otro estado diferente al de su residencia, ¿por qué un diputado, que conoce las responsabilidades del puesto cuando busca el triunfo electoral, no puede hacerlo?
¿Cuántos de nosotros no hemos tenido que ajustarnos, hacer traslados muy largos para no perder el empleo y sacrificar a nuestras familias con el único fin de satisfacer las necesidades de los nuestros?
Si se realizara una encuesta en el Poder Judicial del Estado, el «flojo» diputado Luis Fernando Gámez Macías vería cuántos empleados de los juzgados se trasladan a otros municipios del estado los domingos o lunes para realizar su trabajo y regresar los viernes a sus domicilios sin recibir apoyo para gasolina, hospedaje, chofer o sueldos tan altos como el suyo. Sería bueno que investigara antes de hablar sin sentido, como acostumbra.
Nuestros legisladores faltistas y flojos son especialistas en tirarse la bolita de una cámara a otra: los diputados han abortado temas prioritarios en el Congreso, como la seguridad estatal y los derechos humanos.
Votaron a favor de la política de Ricardo Gallardo Cardona, aprobando nuevos impuestos y aumentando su costo de manera ventajista y a escondidas. Mientras tanto, este diputado, Gámez Macías, publica los informes de las cuentas públicas de los municipios y los utiliza como arma política, porque así se lo ordenaron. Sin embargo, él y su hermano son responsables, en gran medida, de los problemas actuales del INTERAPAS.
Tenemos un Congreso ineficiente, y nuestros legisladores son para dar pena. Deberían ser despedidos y devolvernos nuestros impuestos. ¿Qué tal si a Luis Fernando Gámez Macías, a partir del próximo periodo de sesiones, le pagamos a destajo? Es decir: chivo brincado, chivo pagado. Ley aprobada, sueldo en la caja.
Lo dijo una vez el diputado José Luis «Chiquis» Fernández: «Los diputados flojos se van». ¿A cuáles se refería?
¡¡¡¡Los diputados son flojos y miedosos!!!!
Ahora, los diputados sesionarán vía Zoom. ¡Quién como ellos, que no tienen que salir de casa para ganarse el salario! Este es un tema de controversia en la legislatura potosina, porque son los propios diputados quienes aprueban su reglamentación. En toda su historia, nunca han aprobado algo en su contra.
No debe haber distinciones entre funcionarios de los tres poderes. Como dice la voz popular: «Todos coludos o todos rabones». Es necesario descontarle el sueldo a quien falte al trabajo, ¿no?
El diputado Luis Fernando Gámez Macías gana alrededor de 2,700 pesos por día, cantidad suficiente para que preste atención a su trabajo, como supuestamente es la intención del Partido Verde de México.
Si este tema se llevara a consulta popular, con seguridad el 100% de la población estaría de acuerdo en descontarles los días en que no trabajen. De por sí, tienen fama de flojos y «levantadedos».
El antecedente de la legislatura Verde nos dice que han pasado diputados francamente flojos o irresponsables, que solo se presentaban a cobrar… Y ni siquiera eso, porque les depositan.
Diputado Luis Fernando Gámez Macías, ¡por favor, póngase a trabajar!
