Durante la reciente presentación del Plan Municipal de Desarrollo de Soledad de Graciano Sánchez, el gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona, hizo una afirmación que fue fácilmente desmentida. Según el mandatario, durante los tres años en que fue presidente municipal de dicha demarcación, el Gobierno del Estado, en ese entonces encabezado por el priista Fernando Toranzo Fernández, le habría entregado «únicamente» 25 millones de pesos de presupuesto. Sin embargo, esta declaración no solo es incorrecta, sino que distorsiona la realidad de manera evidente.
Los datos oficiales desmienten rotundamente la versión ofrecida por Gallardo. En 2014, el presupuesto de Soledad de Graciano Sánchez, cuando él era alcalde, alcanzó los 640 millones de pesos, y en 2013, el monto fue de 570 millones. En 2015, el presupuesto rondó los 700 millones de pesos. De hecho, no fue el gobierno estatal el que redujo el presupuesto, sino que, como es bien sabido, el gobernador actual no pudo administrar los recursos de ese año debido a su detención en enero, cuando fue arrestado por cargos de delincuencia organizada y lavado de dinero.
Es crucial recordar que el gobernador Gallardo fue detenido en 2015 bajo graves acusaciones relacionadas con el desvío de 200 millones de pesos del erario municipal a empresas de las cuales era accionista mayoritario. Este escándalo de corrupción ha quedado en la memoria de los potosinos como uno de los casos más oscuros en la administración pública local.
La falta de coherencia en las palabras de Gallardo no solo pone en evidencia una vez más su falta de transparencia, sino que también refleja un patrón de desinformación que se repite a lo largo de su carrera política. Mientras el gobernador busca desviar la atención de los verdaderos problemas que aquejan a San Luis Potosí, como la corrupción que ha marcado su gestión, la realidad de los números y los hechos lo desmienten de manera contundente.