La comunidad educativa de la Escuela Secundaria Técnica No. 1 ha manifestado su preocupación y descontento ante la posible desaparición de esta institución, con más de 62 años de historia, tras el anuncio de que el edificio será utilizado para albergar la nueva Universidad Rosario Castellanos a partir de agosto.
De acuerdo con la información que circuló esta semana, los estudiantes que actualmente forman parte de esta comunidad serán reubicados en otros centros escolares, mientras que el edificio será destinado a la nueva universidad. Este cambio ha generado una ola de preocupación entre padres, docentes y alumnos por las implicaciones educativas y sociales del cierre.
Denuncian desinformación y falta de diálogo
Tras la noticia, la comunidad escolar considera que la información difundida en redes sociales sobre la desaparición de la escuela ha generado incertidumbre y preocupación entre los ciudadanos. Señalaron que hasta el momento ninguna autoridad educativa ha acudido al plantel para aclarar la situación ni dialogar con la comunidad afectada.
Además, señalaron que estos rumores podrían afectar directamente la matrícula de la escuela, ya que la baja inscripción de estudiantes sería utilizada como argumento para cerrar la institución.
Piden alternativas sin afectar derechos
Los inconformes destacaron que no se oponen a la creación de la Universidad Rosario Castellanos, pero rechazaron que el proyecto se realice a costa de los derechos de los alumnos y trabajadores de la Secundaria Técnica No. 1. Asimismo, propusieron que, en caso de contar con recursos económicos significativos, la universidad se construya desde cero en un nuevo espacio.
En el comunicado también se mencionó que este problema no afecta únicamente a la secundaria, sino también a la escuela primaria Tipo 21 de Agosto, ubicada en la misma manzana, que podría ser desplazada por la reubicación de las instituciones.
De confirmarse el cierre de la secundaria, los más de 250 estudiantes que actualmente cursan sus estudios en este plantel serían reubicados en otros centros escolares, lo que genera preocupación entre los padres de familia debido a posibles afectaciones en la calidad educativa y la estabilidad de los alumnos.
La comunidad escolar reiteró su llamado a las autoridades para dialogar y encontrar una solución que respete los derechos de todos los involucrados, al mismo tiempo que pidieron a la ciudadanía no dar por ciertos los rumores de cierre y defender la permanencia de la histórica institución.
Por ahora, la situación permanece en incertidumbre, a la espera de un pronunciamiento oficial por parte de las autoridades educativas.