Lo que alguna vez fue un bastión político de peso en la entidad hoy se ha convertido en un triste reflejo del ocaso del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Su sede estatal, que debería ser el centro de estrategias y decisiones políticas, luce abandonada y en condiciones deplorables, según recientes denuncias y videos que han circulado en redes sociales.
Las imágenes que los mismos trabajadores inconformes del partido circularon en redes sociales, muestran las oficinas de la presidencia estatal y de la Secretaría de Acción Electoral convertidas en un verdadero vertedero, con restos de lo que se presume fue una fiesta donde el alcohol circuló descontrolado. La falta de limpieza y el evidente abandono revelan no solo un descuido físico, sino también el colapso moral y organizativo del partido. La militancia, que en otros tiempos se mostraba orgullosa de su institución, hoy se ve obligada a contemplar su progresiva descomposición.
La indignación entre los priistas es palpable. Acusan que los intereses personales de la dirigencia han desplazado el compromiso partidista, con decisiones que han beneficiado a particulares en detrimento de la estructura política. En el centro de las críticas está Alejandro Moreno y Sara Rocha, a quienes se señala de privilegiar negocios propios a través de la contratación de empresas de su propiedad, mientras la organización languidece.
La gestión de Sara Rocha al frente del Comité Directivo Estatal es otro de los focos de inconformidad. Militantes y simpatizantes coinciden en que su liderazgo ha sido ineficaz y perjudicial, contribuyendo a la desarticulación del partido en San Luis Potosí. En lugar de recuperar presencia y protagonismo, el PRI ha perdido fuerza, dejando un vacío político que otras fuerzas están aprovechando.
El deterioro es tal que, para muchos, la recuperación del partido en la entidad parece una tarea titánica, si no es que imposible. La falta de acción y compromiso real por parte de sus dirigentes podría sellar el destino de un PRI que alguna vez dominó la política mexicana, pero que hoy se tambalea al borde del colapso.