Mientras el diputado Luis Fernando Gámez exige la desaparición de Interapas y lanza constantes ataques contra el organismo, parece olvidar un detalle clave: su propio hermano, Daniel Gámez Macías, es el delegado de dicho organismo en Soledad de Graciano Sánchez. Y lo peor no es solo el evidente conflicto de interés, sino que Daniel Gámez ha demostrado ser un funcionario ausente, sin propuestas ni acción frente a la crisis del agua que afecta a miles de familias en la región.
La falta de obras hídricas y la ausencia de mejoras en la red de agua potable en Soledad tienen un responsable directo: Daniel Gámez. Su nula gestión ha agudizado los problemas de abastecimiento, dejando a la población en una situación crítica. Sin embargo, en lugar de exigir cuentas a su propio hermano, el diputado prefiere desviar la atención con discursos incendiarios contra Interapas, ignorando que la ineficiencia que denuncia proviene de su entorno más cercano.
Resulta irónico que Luis Fernando Gámez hable de corrupción e ineficiencia cuando la negligencia de su hermano es una de las principales causas del problema. Su postura no solo carece de coherencia, sino que también revela una estrategia de distracción que evita abordar las verdaderas soluciones. Mientras tanto, la crisis del agua sigue sin resolverse y los ciudadanos continúan sufriendo las consecuencias de un gobierno que prefiere las acusaciones vacías en lugar de la acción efectiva.
