San Luis Potosí enfrenta una grave crisis de seguridad que desmiente por completo la promesa de campaña del gobernador Ricardo Gallardo Cardona de garantizar que los ciudadanos pudieran “vivir sin miedo”. De acuerdo con los datos más recientes del Semáforo Delictivo publicados por la organización Ciudadanos Observando, el estado acumula tres indicadores en rojo: extorsión, narcomenudeo y feminicidio, lo que evidencia el fracaso de la estrategia gubernamental y su incapacidad para restablecer la paz y la tranquilidad en la región.
El Semáforo Delictivo mide la incidencia de once delitos en México: homicidio, secuestro, extorsión, robo de vehículo, robo a casa habitación, robo a negocio, lesiones, violación, violencia familiar, feminicidio y narcomenudeo. Estos indicadores permiten monitorear y comparar la situación de seguridad en distintas entidades federativas y municipios del país. En el caso de San Luis Potosí, las cifras recientes muestran un panorama alarmante.
Según el último informe de criminalidad, en diciembre de 2024 se registraron 243 robos de vehículos, 59 robos a casas, 81 robos a negocios y 310 casos de lesiones. Estos números reflejan un estado sumido en la violencia y la impunidad, donde la delincuencia sigue operando sin consecuencias tangibles, mientras las autoridades insisten en discursos vacíos sin resultados concretos.
El problema no se limita a una sola región. Ciudad Valles y Matlapa encabezan la lista de los municipios más peligrosos, con cuatro semáforos en rojo cada uno, convirtiéndolos en zonas de alto riesgo. Sin embargo, la violencia no distingue fronteras dentro del estado: tanto la zona metropolitana como las regiones rurales enfrentan un aumento sostenido en la criminalidad.
Desde el inicio de su administración, Ricardo Gallardo Cardona ha insistido en que su gobierno trabaja por la seguridad de los potosinos. No obstante, los hechos desmienten su discurso. A pesar de los recursos invertidos en estrategias de seguridad, los delitos no solo persisten, sino que han aumentado en diversas categorías.
El gobernador prometió un San Luis Potosí seguro, donde las familias pudieran salir a las calles sin temor. Sin embargo, la realidad es otra: el miedo y la violencia son el pan de cada día para miles de ciudadanos. Mientras el gobierno estatal sigue apostando por operativos mediáticos y estrategias ineficaces, la delincuencia avanza, la impunidad prevalece y las víctimas siguen acumulándose.
