Mientras el estado enfrenta problemas urgentes en seguridad, infraestructura y desarrollo social, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona decidió tomarse un respiro en medio de la semana laboral para asistir al Campeonato Nacional Charro en Puerto Vallarta, Jalisco, en lo que parece ser una nueva muestra de su desapego por la responsabilidad y el uso discrecional de los recursos públicos.
Fotografías publicadas el viernes 31 de enero a las 11:05 am, por el medio Reporte Diario Vallarta, revelaron que Gallardo estuvo presente en el evento en un momento que claramente no pudo haber sido durante el fin de semana, como su equipo de comunicación a través de cuentas falsas en redes sociales intentó desmentir. Esto confirma que el mandatario abandonó sus labores para disfrutar del espectáculo ecuestre, dejando en segundo plano sus funciones como gobernador de San Luis Potosí.
Más grave aún, existen indicios de que el gobernador habría hecho uso de aeronaves estatales para su traslado a Puerto Vallarta, lo que no solo representa un uso indebido de recursos públicos, sino que constituye un presunto acto de corrupción que debería ser investigado a fondo. La utilización de bienes estatales para fines personales es una práctica ilegal que atenta contra los principios de transparencia y buen gobierno.
Además, en el evento, Gallardo Cardona fue captado en compañía del cantante de regional mexicano, Pepe Aguilar, con quien se le ha vinculado en presuntas operaciones inmobiliarias. Este hecho levanta nuevas dudas sobre la relación entre ambos y si el viaje del gobernador tuvo además una agenda de negocios privados disfrazada de esparcimiento.
Mientras el gobernador disfrutaba de la charrería y estrechaba lazos con empresarios y figuras del espectáculo, San Luis Potosí sigue enfrentando una serie de desafíos urgentes que requieren atención prioritaria. Su asistencia a este evento en días hábiles no solo refleja una desconexión con las prioridades del estado, sino que además se convierte en un símbolo de la impunidad y el abuso de poder.
La ciudadanía potosina merece explicaciones. ¿Cuánto costó este viaje a los contribuyentes? ¿Cuáles fueron los motivos reales de su visita a Puerto Vallarta? ¿Se utilizaron recursos estatales para el traslado y hospedaje del gobernador? Estas son preguntas que exigen respuestas claras y contundentes.
La opacidad en el manejo de los recursos y la negligencia en el cumplimiento de sus responsabilidades siguen marcando la administración de Ricardo Gallardo. Mientras San Luis Potosí enfrenta carencias y crisis, su gobernador prefiere la comodidad de los eventos exclusivos, alejándose de los problemas que juró solucionar.
