El pésimo inicio de año para el gobierno de Ricardo Gallardo Cardona parece un mal presagio de lo que se avecina para este grupo político en 2025. Su administración comenzó su cuarto año de gobierno con tropiezos y heridas, muchas de ellas autoinfligidas, resultado de la falta de experiencia y, sobre todo, de la evidente incapacidad de sus colaboradores.
En menos de 20 días, la gallardía ha acumulado errores, una consecuencia natural de gobernar con improvisación, poca visión, ocurrencias y, sobre todo, una incapacidad para escuchar. La desconfianza que domina a Gallardo Cardona lo mantiene en un estado permanente de alerta, buscando caballos de Troya entre sus propios aliados.
Este enero, las pifias se acumularon una tras otra. Todo comenzó con la falta de socialización del incremento excesivo en la tarjeta de circulación. Decenas de ciudadanos quedaron asombrados al conocer los costos del impuesto, pues, convenientemente, tocaba renovar el documento. En lugar de informar de manera oportuna y adecuada, Ariana García, secretaria de Finanzas, orquestó una puesta en escena con “reporteros” que, más que preguntas, llevaban un guion estudiado.
La reacción orgánica de la ciudadanía, revelada por algunos medios de comunicación, encendió los ánimos del gobernador. Ricardo Gallardo, conocido por su temperamento explosivo, volvió a lanzar amenazas, prometiendo denunciar penalmente a quienes, según él, desinformaran sobre los cobros vehiculares.
Pero su iracunda respuesta no pasó desapercibida. En “La Mañanera”, la presidenta Claudia Sheinbaum, con un tono centrado, le recordó que está “prohibido prohibir” en temas de libertad de expresión. Este regaño obligó a Gallardo y a Guadalupe Torres, su secretario general de Gobierno, a guardar, al menos por un rato, sus intenciones de perseguir a quienes, según ellos, buscan crear “desgobernabilidad”.
Por si fuera poco, tras la viral denuncia de un emprendedor de Las Lomas que fue víctima de un asalto, Ariana García volvió a protagonizar una desafortunada escena. Esta vez, ofreció una donación de 350 mil pesos para compensar el daño, noticia que la Sefin publicó en redes sociales con un cheque gigante. Para las más de 50 mil víctimas de robo durante el gallardato, este acto fue una bofetada. Intentando rectificar, un vocero inexperto redactó un confuso boletín afirmando que el “donativo” era en realidad un crédito de hasta 650 mil pesos, tratando a la ciudadanía como estúpida.
Mientras tanto, los días pasaban sin noticias claras sobre la desaparición de Daniela Martell, una artista plástica y conductora de transporte por plataforma. La familia de Daniela, desesperada, organizó una marcha ciudadana exigiendo respuestas a la Fiscalía General del Estado (FGE). En lugar de proteger la dignidad de la víctima, la dependencia encabezada por Manuela García Cázares filtró datos sensibles, demostrando su incapacidad para manejar una crisis de comunicación.
Por si no fuera suficiente, Gallardo intentó congraciarse con Claudia Sheinbaum anunciando, sin planeación alguna, la reubicación de dos emblemáticas escuelas en la capital potosina, la ETI y la Tipo, generando un real descontento entre maestros, padres y alumnos. Incluso su secretario de Educación, Juan Carlos Torres Cedillo, reconoció públicamente que la situación “se salió de las manos” ante la pifia cometida por el excesivo protagonismo de su jefe.
En materia educativa, habría que sumar la paliza que le dieron a Néstor Garza, el descolocado rector de la Universidad Politécnica, quien ni las manos pudo meter frente a los señalamientos de la comunidad acádemica de la institución, quienes denunciaron una disminución en el pago de sus horas clase, además de prácticas corruptas en la nueva gestión.
En el gallardista municipio de Villa de Pozos tampoco las cosas no están saliendo bien, y es que aunado a la falta de servicios, se hicieron públicos los altísimos salarios que perciben su Concejal Presidenta, sus colaboradores y regidores, todos arriba de los 65 mil pesos.
El desastre continuó con un nuevo fallo de la Sefin al anunciar la transición de la tarjeta de circulación de plástico a papel «de seguridad». La falta de planeación y la evidente improvisación se sumaron a las quejas, mientras García, en otra rueda de prensa custodiada, trataba a los reporteros que cuestionaban como delincuentes. Además, reveló sin querer la existencia de una red de coyotaje que Gallardo no ha podido erradicar en más de tres años de gobierno, pese a sus reiteradas promesas y anuncios de limpias en las cajas recaudadoras.
Se suman las manifestaciones contra los actos arbitrarios de elementos de la Guardia Civil Estatal en Ciudad Valles y Matehuala, las cuales José Luis Ruiz Contreras minimizó, argumentando que «son financiadas por el crimen organizado«.
En Turismo aportaron su cuota a la tragedia, y es que desde diciembre pasado, la secretaria de Turismo, Yolanda Cepeda Echavarria, señalada de influyentismo e impunidad, al no haber una investigación y mucho menos un castigo, por el crimen cometido por su hermano, el también funcionario de Gobierno, Carlos Adrián, quien atropelló y abandonó a un joven indígena de la huasteca, quien eventualmente terminó perdiendo una pierna.
Con una manifestación por parte del SUTSGE en contra de Lupe Torres frente al TECA, el polémico nombramiento de Fernando Rojo Ocejo como presidente de la Fenapo, pagos detenidos a médicos jubilados del Hospital Central y la notoria ausencia de la senadora Ruth González, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores con América del Norte, en la crisis política por la llegada de Trump a la Casa Blanca, y una pelea que no fue pelea en la Arena Potosí, pareciera que nada le está saliendo bien a Gallardo Cardona y su administración este 2025.
Lo último: la corrección que tuvieron que realizar al impuesto final de las bebidas alcohólicas, el cual deben homologar del 3% al 4.5% para cumplir con disposiciones fiscales a nivel federal. En este caso, no dudaría que se tratara de un “error” consciente, con la finalidad de diluir el golpe mediático que provocaron los nuevos impuestos estatales.
En resumen, este enero ha sido un cúmulo de tropiezos para la gallardía. No sorprendería que más de uno clame a gritos: ¡Enero, acábate ya!
