El Síndrome de Edwards se caracteriza por anomalías congénitas que afectan el cuerpo, como: malformaciones cardíacas, renales, pulmonares, gastrointestinales, entre otras.
El Síndrome de Edwards, también conocido como trisomía 18, es una anomalía cromosómica que afecta aproximadamente a 1 de cada 5 mil nacimientos vivos. A pesar de ser menos frecuente que el Síndrome de Down, su impacto en la salud y el bienestar de los afectados es considerable.
El Síndrome de Edwards se caracteriza por un conjunto complejo de anomalías congénitas que afectan diferentes sistemas del cuerpo, pueden incluir malformaciones cardíacas, renales, pulmonares, gastrointestinales, y del sistema nervioso central, entre otras. Los niños con esta condición enfrentan múltiples desafíos médicos y suelen tener una esperanza de vida casi nula, de ahí la importancia de la concientización y solidaridad.
El impacto del Síndrome de Edwards en la salud de las mujeres está relacionado principalmente con el embarazo y el parto, mujeres que dan a luz a un bebé con trisomía 18 enfrentan una carga emocional y física significativa, pueden requerir atención médica especializada y apoyo durante el embarazo, el parto y el período postparto.
El diagnóstico del Síndrome de Edwards se realiza típicamente a través de pruebas genéticas, como la amniocentesis o la biopsia de vellosidades coriónicas, durante el embarazo o después del nacimiento, fundamental que los profesionales de la salud estén capacitados para reconocer los signos y síntomas de esta condición y proporcionar un diagnóstico preciso y un manejo adecuado.
El manejo del Síndrome de Edwards se centra en el tratamiento de las complicaciones médicas asociadas con la condición y en el apoyo integral a los pacientes y sus familias, puede incluir atención médica especializada, terapias de intervención temprana, cuidados paliativos y apoyo emocional.
En este Día Internacional del Síndrome de Edwards, extendemos nuestro apoyo y solidaridad a todas las personas afectadas por esta condición, así como a sus familias y seres queridos. A través de la educación, la comprensión y el apoyo mutuo, podemos trabajar juntos para mejorar el manejo de los que portan esa condición, y principalmente de sus padres y promover una mayor conciencia y comprensión de esta enfermedad.