Figuras como Kylie Jenner o Mr. Beast suelen ser asociados con los términos creador de contenido, influencer y celebridad. En ocasiones, estos tres conceptos se utilizan como sinónimos; sin embargo, en realidad tienen significados diferentes.
Esta diferenciación ha sido objeto de análisis. Se consultó a 400 personas si conocían las diferencias entre estos términos.
Este dato es significativo, dado que muchas personas consumen contenido producido por estas figuras e, incluso, 5 de cada 10 encuestados indicaron sentirse muy motivados a comprar los productos recomendados por ellas.
La diferencia entre creador de contenido, influencer y celebridad ha adquirido relevancia en el entorno digital y social. Aunque los términos suelen usarse indistintamente, cada uno tiene características específicas que los diferencian.
Un influencer es una persona que, a través de sus ideas, ejerce un impacto en las opiniones, percepciones o decisiones de otros, ya sea sobre un lugar, una marca o un producto.
Su influencia proviene de una alta credibilidad personal y un gran número de seguidores, quienes confían en lo que realiza o recomienda. Este perfil se asocia estrechamente con la persuasión y el poder de generar comportamientos en su audiencia.
El creador de contenido, por otro lado, se enfoca en innovar y producir material en el entorno digital con el propósito de entretener, educar o informar. Aunque su actividad está vinculada a plataformas digitales y redes sociales, su objetivo principal no es necesariamente obtener algo a cambio, sino ofrecer valor mediante contenidos únicos y creativos.
A diferencia del influencer, no siempre busca influir en las decisiones de su público, sino mantener su relevancia a través de su capacidad para generar información o entretenimiento.
La celebridad, en cambio, trasciende el ámbito digital. Este perfil se caracteriza por el reconocimiento público derivado de su talento en áreas como el arte, el deporte, el entretenimiento o incluso la política.
Aunque puede influir en su audiencia, la fama y el prestigio no dependen exclusivamente de las redes sociales, y el impacto en decisiones de consumo no suele ser su motivación principal.